1 de mayo de 2025

Recuerdo aquella vez mientras observaba esa hermosa barbacana medieval, comía un sabroso sandwich todo hambreado, cuando de repente, frente a mí, apareció el medio guarén del porte de un gato montés, un splinter un poco más bajo que yo, pero bilingüe, eso me llenó de orgullo y sensatez, por primera vez presenciaba un amigo en el extremo del mundo, y algo le entendí luego de conversar un par de minutos en la banca que destaco en la foto, -me caes bien, guarén -le dije-. Tu también me caes bien, chileno loco. Cuando reaccioné de lo que estaba haciendo, me pegué un salto cuál broma del petofono bajo el cojín, por supuesto, tuve temor, también hambre y para mis adentros dudé de mi cordura; descuidando mi desayuno, colación, almuerzo, merienda y cena a la vez, no el guarén sino mi sandwich, pero lo asumí como me caracteriza, comiendo, por supuesto, es mejor estar asustado con la guata llena que vacía, un principio que aprendí en la antigua Europa, obviamente no iba a dejar de lado mi sabrosa hamburguesa, hamburguesa que, entretanto escribo, pienso ¿no habrá sido de algún familiar de aquel presuntuoso medio guarén? Lo dudo, pero desde ese día que le temo a los gatos.

Osvaldinus
@osvaldinus
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